Erase una vez... mi blog


Porque al escribir nacen a la vida sensaciones y sentimientos que la voz no puede siquiera imaginar.

2 nov 2010

El espejo

Te mira desde el otro lado del espejo, cada mañana. Fija en tí su mirada y tú te sientes perdido, hundido en esos ojos que son tuyos.
Al final, a fuerza de ver día tras día esa cara, acabas por considerar como tu amigo a ese personaje. Y le cuentas tus penas y alegrías, tus más íntimos pensamientos y tus deseos más oscuros. Pero él nunca te cuenta nada.
Lloras ante él y, en su presencia, ríes. A él te confiesas y en él confías. Pero él nunca se ha sincerado contigo.
Y llega el momento en que te preguntas si en verdad ese reflejo es tu amigo, si de veras puedes confiar en él. Tal vez te traicione, al fin y al cabo, ¿qué sabes tú de él? Nada, no sabes nada.
Pero al día siguiente está ahí de nuevo, dispuesto una vez más a verte y oírte, a escuchar tus pensamientos más recónditos. Y tú de nuevo te sinceras, sin atreverte a confesarle que dudaste de él. Vuelves a él porque ese reflejo eres tú. Tal vez, porque ese reflejo sea, en el fondo, lo más parecido a un alma que has encontrado. Y porque, aún rodeado de gente, es el único que en verdad te conoce.