Erase una vez... mi blog


Porque al escribir nacen a la vida sensaciones y sentimientos que la voz no puede siquiera imaginar.

26 mar 2010

27 de Marzo - Relato

De nuevo se ha despertado con el trino de los pájaros en sus oídos. Se despereza y abre los ojos para contemplar la enorme habitación en que se halla. Revisa todos los rincones, y sonriendo certifica que todo está en su sitio.

Al poco entra su doncella principal, que tras una larga reverencia la ayuda a lavarse, vestirse, peinarse... en fin, a todo aquello que una princesa de alta cuna no puede permitirse hacer por sí misma. Claro, es una princesa. ¿Cuál de ellas? Puedes escoger entre cualquiera de las que hayas oído hablar alguna vez. Y de la suma de todas ellas surgiría ésta, la más perfecta que hubiera existido.

Tras vestirse y acicalarse para el caballero que tal vez esté en camino hacia su palacio, la princesa baja a los jardines. Allí se detiene en el estanque, al que arroja un puñado de piedrecitas para ver cómo se expanden las ondas y se escapan las carpas rojas que lo habitan. Sonríe de nuevo. La verdad es que su sonrisa es algo permanente en su rostro, y no podía ser de otra forma ya que todo en su mundo era perfecto, agradable.

Y sonriendo se dirige ahora a las caballerizas, donde la espera su palafrenero para ofrecerle las riendas de su yegua favorita para su paseo diario hasta las montañas azules.

Todo, todo es perfecto en su mundo. Pero... ¿qué es ese ruido? Vaya, ya ha vuelto a sonar el despertador y tu sueño de la princesa se corta bruscamente en tu mente. Por un instante piensas en ella, en esa princesa rodeada de lujos y comodidades, viviendo en un mundo de ensoñaciones en el que no pueden entrar ni el mal ni la fealdad. Y te preguntas por qué esa vida no es posible, y por qué debes seguir madrugando y haciendo todos tus trabajos sin esa sonrisa que a ella tan poco le costaba arrancarse.

En fin, hay que hacer frente a la realidad y lanzarse a otro día frenético. Pero antes de levantarte de la cama te giras, y le ves ahí, a tu lado, mirándote con esos ojos en los que reconoces las ilusiones de todo un pasado y las esperanzas de todo un futuro. Y ahora asoma la sonrisa a tu rostro.

Te acabas de levantar y te diriges como siempre, de forma automática, a la habitación donde duermen tus hijos. Y les ves dormir, abrazados entre sí y con sus peluches preferidos, en un caos de sábanas, brazos y piernas en el que destacan sus caritas. Y tu sonrisa se ensancha.

Y es ahora cuando te das cuenta que no echas de menos la vida de la princesa de tu sueño. Porque ella no tiene a tu familia. Tampoco a tus amigos. Y piensas que tal vez su sonrisa, la sonrisa de esa princesa perfecta, no sea sino una máscara para ocultar su vacío. Por un momento sientes pena de la princesa, que no puede conocer la alegría que te embarga cada vez que te encuentras con esos ojos y esos cuerpecitos.

Y definitivamente te olvidas de ella y del sueño que una vez ocupó cuando escuchas, a coro de tres voces, un "Felicidades, mamá" que muda tu sonrisa en una lágrima de emoción.

Para Mónica en su cumpleaños. Si la conocéis, felicitadla. Si no la conocéis... peor para vosotros.

18 mar 2010

El efrenterio - relato

Caray, ya estamos otra vez. He llegado al curro y me he encontrado con la ilegible nota de mi jefe. La verdad, no sé por qué me molesto en intentar entender algo, soy incapaz de leer nada con sentido. ¿Habla de mí o de algún ser alienígena? Al final pido ayuda a un compañero experto en lenguas prohibidas, pero tampoco. Chico, qué nota endemoniada. Y lo peor es que parece importante. Pero ¿de qué va el asunto?.
Pido auxilio a otras dos personas que pasan por ahí, pero todo es en vano. Lo único que he conseguido es crear a mi alrededor un grupo de gente confusa, cada cual dando su versión extraña de lo que puede decir la famosa notita. Joer con la letra.
Bueno, un esfuerzo más de nuestras neuronas y conexiones sinápticas y... al ataque. ¿Qué coño dice aquí de un "efrenterio"?. Joder, yo pensaba que dominaba el idioma castellano pero este tío es un crack. Claro, por eso es el jefe. Bueno pues, entre todos los reunidos ya hemos determinado que la palabra clave es "efrenterio". Vamos a por más. Esto parece una "y", pero hay quien opina que es una "p". Peor aún, para otros dos que se acaban de unir al pandemonium parece ser sólo un garabato que se le ha escapado a nuestro boss. De momento consensuamos en dejarlo como tal garabato, así que tras quince minutos de discusión seguimos tan sólo con la palabra "efrenterio".
Y eso que el mensaje parece serio. ¡A ver si va ser algo realmente importante!.
Uno de los confusos habitantes del círculo de lectores que hemos creado tiene la genial idea de dividir las tres líneas del texto (aunque algunos creen que se trata de cuatro) en grupos que, por separado, intentarán darle un sentido.
Como la idea no parece del todo descabellada, nos ponemos manos a la obra. Fotocopiamos el texto original, lo repartimos, y empezamos de nuevo. Siempre con la palabra "efrenterio" como única descifrada. A propósito, qué demonios debe ser el efrenterio. Lástima no tener a mano un diccionario, porque lo que es en el google no sale (nuestro bienamado jefe tiene mayor dominio del idioma que google, y por eso le admiramos).
El grupo de la primera línea hemos conseguido lo que parece una traducción aproximada. Y eso es algo digno de alabanzas, ya que como el vocablo "efrenterio" está a caballo entre las líneas 2 y 3, no teníamos ningún punto de salida. Al final, la línea queda fijada en "Foz corrituras genial de hoy". Bueno, algo es algo y vamos avanzando por el buen camino. Pero no veas tú el dominio del idioma que gasta el jefe, y la cantidad de palabras que conoce.
El grupo de la segunda línea no quiere ser menos y aprovechando que el de la tercera anda perdido, se apropia de la palabreja "efrenterio" para ponerla como parte de su línea y llega así a crear el texto "frsileas de efrenterio mezcotentes".
Bueno, ya casi tenemos el texto. Es lo bueno del trabajo en equipo. "Foz corrituras genial de hoy frsileas de efrenterio mezcotentes". No está mal. Lástima que nadie entienda nada. Pero no desesperamos, seguro que una vez traducida la tercera línea a idioma humano todo adquiere un mayor sentido y la luz inundará nuestro cerebro. Hay que decir que a estas alturas ya hemos decidido que las líneas a traducir son solo tres, y que lo que parecía ser una cuarta se trataba tan solo de la firma.
Tras unos minutos tensos, en los que las negociaciones parecían abocadas a desembocar en alegres puñetazos y demás muestras de violencia, el tercer grupo llegó a una traducción de "buenos días serafín". Coño tú, son los únicos afortunados a los que ha tocado para traducir una línea de palabras castellanas normales.
Al final, con el esfuerzo de todos y tras unos 50 minutos de duras discusiones y negociaciones, tenemos las instrucciones que nuestro jefe dejó sobre mi mesa para hoy. Sí, ya no hay duda de que sus órdenes son "Foz corrituras genial de hoy frsileas de efrenterio mezcotentes buenos días serafín".
Ahora sólo falta esperar a que venga y pedirle que nos diga, pero mirándonos a los ojos, qué narices espera de nosotros, que ni sabemos lo que es un efrenterio ni nos interesa gran cosa. Debe ser porque no somos jefes.

PD: Con cariño para nuestro jefe, que ha inspirado este relato.

3 mar 2010

CAMBIO CLIMATICO - relato

Las noticias eran cada vez más desalentadoras. Escasez de agua en ríos y embalses, deshielo de los polos y glaciares, desertización de grandes masas de tierra... Llegó un momento en que la gente empezó a creer que todo aquello iba en serio. Y no porque algún "genio", con más de caradura que de científico, lo pregonara a los cuatro vientos, sino porque empezaba a ser algo palpable.
Las crisis económicas pasaron a segundo plano. También las noticias sobre violencia en sus numerosas vertientes (de género, sobre padres, sobre hijos, sobre propios y extraños -pero, ¿qué le pasaba a la gente?-). Los políticos y sus mentiras dejaban de tener relieve en las tertulias. Y todo para tratar de un único tema: cambio climático.
Y claro, cuando se hablaba de ello se refería uno a cambio a peor. Se hacía con ello realiad el dicho de que nada cambia para bien, y el clima no iba a ser la excepción.
Pasaba el tiempo y la población cada vez estaba más preocupada. Pero tal vez era tarde. Ya no había tiempo a cambiar hábitos de conducta, o a pretender retornar la naturaleza a antiguos esplendores. No, ya no había tiempo. Incluso los tiempos de rezar habían pasado en unas sociedades cada vez más apegadas a lo material, despreocupadas de todo lo que no fuera el placer personal y egoísta del YO y AHORA.
No había tiempo para nada, salvo para vivir los últimos tiempos como señores de este planeta que en ningún momento fue nuestro.
Pero... sucedió. Porque los milagros suceden aunque los dioses no existan (¿no existen?).
Las parejas dejaron de tener hijos. Las prácticas anticonceptivas dieron lugar a un vacío generacional que, más que tal vacío, se convirtió en una ausencia. Llegó el momento en que dejaron de nacer criaturas humanas, y con ello y sin saberlo permitimos al planeta recuperar sus posibilidades de seguir albergando vida.
Bien es verdad que las últimas generaciones disfrutaron de todo lo que se consideraba como guay y cool. Que se dejó de pensar en el futuro porque no había nadie a quien legárselo. Que dejó de importar, de forma ahora ya definitiva, el mañana, para pensar tan sólo en el hoy y ahora.
Y aquí me tenéis, último representante de una raza antaño dominadora de un mundo que nunca fue nuestro. Pensando en cuántas veces nos equivocamos y llorando por un pasado que no puedo cambiar. Aquí estoy, el último de los seres humanos, escribiendo líneas que nadie leerá porque ya no hay otros. Y escuchando, como sonido de fondo, el suspiro de alivio de todo un planeta que sabe que con mi despedida, comienza su verdadera existencia.