Erase una vez... mi blog


Porque al escribir nacen a la vida sensaciones y sentimientos que la voz no puede siquiera imaginar.

17 ene 2010

Pingüinos 2010


7 de Enero de 2010. Iniciamos el viaje hacia Valladolid (vía Segovia) tan llenos de ilusión como cada año. Nos esperan unos 900 kilómetros de carretera, y tan solo nos preocupa el tiempo. De hecho todos los noticiarios hablan constantemente del temporal que nos azota.
Este año se nos ha unido otro futuro pingüino. Se trata de Carlos, un miembro del motoclub al que pertenece también Juan Manuel (krápulas).
Llegamos a Zaragoza sobre las 13:00. Nieva. Nieva tanto que me propongo volver a casa. Carlos no llegará a ser pingüino: definitivamente abandona. Los otros cuatro seguimos, intentando llegar a Segovia y al cochinillo que nos espera.
Y allá vamos. Juan Manuel, Fons, Josep, Pedro. Ruta a Madrid.
A unos 150 kms. de Zaragoza, ya pasado el puerto de La Muela, debemos parar porque el hielo se ha adueñado de la autovía. A mí ya se me han vuelto a congelar los dedos de la mano izquierda. Estamos parados junto con un grupo de motoristas de Mallorca, esperando la máquina quitanieves, y preguntándonos dónde acabaremos pasando la noche. La idea de llegar a Segovia ya ha desaparecido de nuestro horizonte (adiós cochinillo).
Llega la famosa máquina, y aprovechamos para seguir viaje. Sobre las 19:00 debemos para definitivamente. Estamos en una gasolinera de Alcolea del Pinar, a unos 190 kms de Zaragoza. Hemos tardado casi seis horas en hacer esos 190 kms. Ya no hay luz, y el hielo y la nieve vuelven a ganar terreno. Seguir es un suicidio. Paramos a dormir en el hotel que hay junto a la gasolinera y con ello descubro el misterio de saber quiénes son los usuarios de esos establecimientos. Somos nosotros.
Aclaración. En el acceso a esta gasoliera Juan Manuel ha caído con su moto, sin novedad. Antes, y en otra parada por hielo y nieve, Josep había caído dos veces en el mismo sitio. Y para colmo, un kilómetro antes del hotel Fons ha venido empujando su moto porque no podía acceder a un tramo de calzada sin hielo.
Tras la noche en el hotel, y después de ver todas las noticias sobre el temporal, decidimos volver a casa. No es que no nos atrevamos a ir. Es que no sabemos si podremos volver el domingo, ya que las noticias son cada vez peores.
Así pues volvemos a Zaragoza. En esta ocasión es el viento quien nos acompaña, no permitiéndonos velocidades muy elevadas. En un par de tramos de la autovía vemos los automóviles que han caído en las cunetas como consecuencia de la helada del día anterior. Y tan solo un par de grupos de motos que se dirigen a Pingüinos. Suerte, compañeros.
Nosotros llegamos a Zaragoza a mediodía, y decidimos pasar allí la noche. El aviso de temporal para Catalunya es preocupante para ese viernes, y no nos queremos arriesgar. Así que... a cenar lechazo en El Fuelle, un restaurante típico que nos han aconsejado en el hotel. La cena, fenomenal, nos quita en parte el mal sabor de boca por no haber podido llegar a Valadolid. Ese mismo día sabemos de otros que han llegado sin problema, pasando por Soria en lugar de por Madrid. Vaya, todo fué debido a un error en la ruta escogida.
Pero no importa. Nos hemos podido ver y pasar ratos agradables. Hay más pingüinos, y los kilómetros por recorrer son incontables.
V'sssssssssssssss

6 ene 2010

Reyes 2010

Cuando leáis estas líneas ya no estaremos con vosotros. De nuestra visita anual sólo quedará el recuerdo en forma de regalos. Mientras abrís los paquetes que os hemos envuelto con nuestra mayor ilusión, estaremos camino de nuestros hogares, pero con el pensamiento y nuestros mejores deseos en vosotros y para vosotros. Para los adultos, a quienes ya después de tantos años conocemos como a nosotros mismos. Para los dos menores, en cuya evolución hacia ser grandes personas tanto confiamos. De todo corazón os deseamos lo mejor en este año que ha de transcurrir hasta nuestra nueva visita.

No nos gustaría dejar pasar la ocasión sin daros algún consejo. Son nuestro último regalo y van envueltos con nuestro cariño. Tened paciencia, sed constantes y responsables. Mirad la vida a la cara y dad en todo momento lo mejor de vosotros mismos a aquellos que os rodean.

Hasta el próximo año. Saludos.

1 ene 2010

Fin de año 2009

Doce segundos. Doce campanadas. Doce deseos en doce segundos acompañados de doce campanadas.

Como cada año, el mismo ritual. Y también, como cada año, un montón de ilusiones agolpándose en su imaginación, pugnando unas con otras para hacerse un hueco entre las doce escogidas.

Como cada año, dejó de prestar atención a las campanadas y a las uvas. Como cada año se imaginó un futuro feliz, con toda le gente que le rodeaba compartiendo alegrías, esperanzas y sentimientos. Pero sabía que cada año era una repetición del anterior, con las mismas ilusiones y desilusiones, alegrías y tristezas. No obstante, siguió deseando con todas sus fuerzas que los próximos doce meses (¿y por qué no doce años, doce vidas?) todo fuera como él, desde lo más profundo de su corazón, deseaba.

Por él. Por todos aquellos a quienes quería. Por todos.

Y sonrió.