Erase una vez... mi blog


Porque al escribir nacen a la vida sensaciones y sentimientos que la voz no puede siquiera imaginar.

17 may 2010

El Pelli

Estaba en la oficina cuando ha sonado el móvil. Ver el nombre de Jaime y esperar la peor de las noticias fué todo uno. Me decía que el Pelli había muerto esta mañana.

¿Quién era el Pelli? Gumersindo Pellitero Santos. Para todos quienes tuvieron la suerte de conocerle y ser sus discípulos, "el Pelli". Y yo me considero uno de esos afortunados.

Desde mis casi 49 años miro hacia atrás y me encuentro con su figura, hace ya más de 35 años (Dios mío, cómo pasa el tiempo), intentando enseñarnos no tan sólo la cultura de los libros, sino también la de las personas, la de las ideas. Durante muchos años fué nuestro profesor. Historia, geografía, filosofía, latín, griego... pero sobre todo literatura.

Me enseñó (y aunque hable en primera persona supongo que esto mismo se puede aplicar a muchos otros de sus innumerables alumnos) a leer entendiendo lo que leía. A pensar y ser autónomo en mis ideas. A ver en las frases escritas u oídas algo más que las meras palabras.

Me enseñó que ser puede ser duro por fuera pero blando, muy blando por dentro. Me enseñó, junto con mis padres, que lo importante es ser buena persona.

No puedo sino acordarme hoy de las comidas en verano en su torre de Collbató, con Ana su mujer (de veras que lo siento, Ana), otra de las mejores personas que he conocido, y que ha tenido el enorme privilegio de compartir una vida con él. Allí nos reuníamos una parte de sus ex-alumnos del Colegio Sant Jordi para hablar, como siempre en estas ocasiones, de tiempos pasados y anécdotas. En estas visitas conoció a nuestros hijos. En esas visitas siempre nos reimos juntos.

Y cómo no recordar el día que, camino de Somiedo, paramos en su pueblo toda la familia para pasar un rato a su lado, y de Ana.

Y hoy me dicen que ya no está. ¿No está? Estará en todas las páginas que lea, en todos mis recuerdos de adolescencia. Porque cuando se habla del colegio Sant Jordi (ya no existe, ahora son bloques de pisos) se le identifica con el Pelli. Y porque identificamos nuestra poca o mucha cultura con su persona.

Y esta tarde iré al velatorio. Lloraré como ya he llorado varias veces este día. Acompañaré a Ana, a sus hijos Silvia y Carlos. Y como ellos quedaré algo más huérfano.

Descansa en paz, Gumersindo Pellitero Santos, Pelli. Vivirás en mis recuerdos y en el de tantos otros, y en tanto esto suceda serás eterno.

Gracias por todo lo que me enseñaste, profe. Seguro que allá donde vas seguirás enseñando a ser grandes personas.